Si no hubiera días de lluvia no llorarían los arroyos sobre la piedra, no saltaría el agua para rodear tu silueta.
Si no lloviera es posible que todo fuese arena, nubes de polvo y leyendas sobre aguaceros que ahogaban las penas.
Si no fuese agua lo que cayera del cielo y fuesen tan sólo truenos, relámpagos que lo llenaran todo de miedos. Quizá todos los poemas de esta tormenta serían sólo para regalar a esa chica morena, la que piensa que nada es para ella.
Si no lloviera…
Si yo no viera tus sendas me perdería agrupando estrellas, porque las nubes se cargan de agua y tapan las líneas de puntos que te constelan.